Aveces necesitamos estar solos. Por mucho que un amigo te saque la sonrisa, mientras te seque la lágrima necesitamos la soledad. Para oir a la estupida conciencia, o para saber que queremos en realidad. Dicen que la soledad no es buena, y no digo que sea mentira, solo que para poder pernsar, aclararnos, y hacer las cosas bien, la compañía puede empeorar.
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